En 1941, las bailarinas se sumaron a las creaciones Van Cleef & Arpels. Atrapadas en piruetas que desafían la gravedad, rinden homenaje a los ballets de la Ópera Garnier que apasionaban a Louis Arpels.

Van Cleef & Arpels, combinando su gusto por la belleza y la armonía con su búsqueda de la excelencia, ha hallado en la danza una fuente infinita de creatividad que crece cada vez más con el paso de las décadas. El arte del ballet insufla elegancia, delicadeza y movimiento a las figuras femeninas de la Maison.

Ese mismo año, la colección conquistó el universo mágico de las hadas, símbolo de gracia y esperanza. Con una delicada inclinación de cabeza o un toque de picardía, estas figuras parecen sacadas de un libro de cuentos. Fíjese bien: sus etéreas alas son casi translúcidas.

Este año, Van Cleef & Arpels rinde homenaje a esta fuente de inspiración con diez clips de bailarina, un auténtico cuerpo de baile que amplía la colección presentada en 2007 y evoca conocidas obras románticas y clásicas.

Ágiles bailarinas y encantadoras hadas nos rodean. Estos clips se han convertido en símbolos perdurables de la Maison que celebran la belleza de la forma femenina en movimiento. Cada pieza es un estudio de luz y color que combina materiales preciosos y líneas fluidas.