Piedras

Diamantes

Los diamantes se forman gracias a una combinación de factores excepcionales de temperatura y presión, en las profundidades del manto terrestre. Cada gema se formó hace millones de años y es testigo de la historia de la Tierra. Los diamantes están compuestos de carbono y se caracterizan por su dureza y sus propiedades de reflexión de la luz.

Desde 1906, Van Cleef & Arpels pone su experiencia al servicio de la belleza natural de las gemas para garantizar que sus creaciones ofrezcan un brillo extraordinario. Los diamantes forman parte de la tradición de excelencia de Maison y se someten a un doble proceso de selección, tanto científico como específico de Van Cleef & Arpels, para las piedras centrales y las de pavé. El proceso se basa inicialmente en los criterios reconocidos internacionalmente como las 4 C, por sus iniciales en inglés: quilate (peso), talla, color y pureza. Solo se seleccionan piedras de la mejor calidad, con un color que va de D a F, en una escala de D a Z, y una pureza entre FL y VVS2.

 

A continuación, cada una de ellas es examinada minuciosamente por los expertos gemólogos de Van Cleef & Arpels. Además de cumplir con estrictos criterios científicos, los diamantes también deben estar a la altura de la excelencia y el gusto de la Maison, teniendo en cuenta la belleza y la elegancia de cada piedra, que la hacen destacar entre las demás.

Si bien el diamante es una piedra muy resistente, la Maison desea hacerle algunas recomendaciones para preservar el brillo y la integridad de su pieza a lo largo del tiempo:

 

Debido a su dureza, lo ideal es guardar el diamante en un estuche con forro interior de tela, separado de otras piezas que podrían rayarse con él.

 

En ocasiones, el diamante puede perder brillo al entrar en contacto con el sudor o la grasa. Se puede limpiar la piedra con un cepillo suave, agua y jabón, a continuación, secarla con un paño suave.