A la creación inicial en oro amarillo le siguieron numerosas variaciones a lo largo de los años, incorporando zafiros, rubíes, diamantes y esmeraldas. El reloj se puede adornar con oro, platino o piedras preciosas, tanto para el uso diario como para ocasiones especiales. Dependiendo del modelo, el reloj también se puede llevar con una correa de piel. El interior del cierre se puede personalizar con un grabado de una fecha o memoria.